MADRID, miercoles 16 de diciembre de 2015 (LatinReporters.com) - Más de 30 años de bipartidismo en España entre socialismo light y derecha post-franquista serán barridos, según todos los sondeos, en las elecciones legislativas del 20 de diciembre por la emergencia de Ciudadanos (centro derecha) y Podemos (izquierda antiliberal), partidos revelaciones de las últimas elecciones municipales y regionales.
Esta evolución penalizará al Partido Socialista Obrero Español (PSOE, socialdemócrata) y sobre todo al Partido Popular (PP) del conservador Mariano Rajoy, actual presidente del gobierno.
Gangrenados por múltiples escándalos de corrupción, la violación de promesas electorales y el aumento de las desigualdades sociales derivadas de la austeridad que han impuesto uno tras otro, estos dos partidos han monopolizado durante largo tiempo más del 80% del electorado. Reducido al 73% en 2011, su marcador conjunto descendería el domingo por debajo del 50%.
La mayoría absoluta parlamentaria del PP gubernamental se desvanecerá y una estrecha mayoría relativa no le garantizará nada.
El promedio de los siete últimos sondeos autorizados, publicados el 14 de diciembre, prevé una caída vertiginosa de un 40 % del electorado y del número de diputados del partido de Rajoy: el 27 % de los votos y 115 elegidos el próximo domingo, frente al 44,6 % y 186 en las elecciones legislativas de 2011.
El PP sería sin embargo el "vencedor" relativo del escrutinio, gracias al retroceso anunciado de más del 20 % del PSOE, que recogería el 20,8 % de los sufragios y 85 diputados, frente al 28,8 % y 110 cuatro años antes.
Ciudadanos y Podemos
Creado en 2006 en Cataluña para oponerse al nacionalismo y convertido en actor nacional al filo de las elecciones regionales y municipales de 2015, el partido Ciudadanos, fundado y presidido por Albert Rivera, joven abogado de 36 años, se adjudicaría como media según los sondeos un 18,5 % de los votos y 62 elegidos.
Presentándose por primera vez a las elecciones legislativas en el conjunto del país, Ciudadanos quiere "reformar" España modernizando su administración y equilibrando economía de mercado y protección social, es decir "un cambio razonable". Y ello sin olor a corrupción ni a sacristía, lo que confiere a esta nueva derecha un sello de apariencia centrista.
Es también la primera vez que Podemos se presenta a las elecciones legislativas. Dirigido por el profesor de ciencias políticas Pablo Iglesias, de 37 años, este partido antiliberal, antiausteridad y anticorrupción nació en enero de 2014 en la senda de la revuelta de los indignados. Pisa los talones a Ciudadanos en los sondeos, con una previsión media del 17,6 % de los votos y 56 elegidos.
Los adversarios de Podemos le etiquetan como "izquierda radical", pero sus partidarios lo definen más bien como izquierda actualizada llamada a sustituir progresivamente a una socialdemocracia anquilosada.
La erupción nacional de Ciudadanos siguió apenas meses después a la de Podemos, como si se tratara de una reacción. Analistas ven en ello la señal de que una amplia franja del electorado conservador y de los medios empresariales desean también una alternativa, "razonable", a la derecha arcaica que sería el PP gubernamental.
España se acostará el 20 de diciembre sin saber quién la gobernará
En este panorama que el 20 % de electores todavía indecisos podría retocar, España arriesga, por primera vez desde el retorno de la democracia, de pasar la noche y numerosos días siguientes a las elecciones legislativas sin saber quién gobernará el país.
Ninguno de los cuatro principales partidos conseguirá la mayoría absoluta de al menos 176 diputados sobre 350. La elección parlamentaria del próximo presidente del gobierno necesitará un acuerdo entre dos o tres formaciones.
La negativa anunciada de Ciudadanos y de Podemos de apoyar la reelección de Mariano Rajoy podría conducir a los socialistas del PSOE a intentar articular una nueva mayoría. El improbable escenario a la alemana de una gran coalición PP-PSOE se disipó totalmente el lunes por la noche cuando, en un cara a cara televisivo, el líder socialista Pedro Sánchez clavó alfileres al jefe del ejecutivo sobre la corrupción, lanzándole: "El presidente del gobierno, sr. Rajoy, debe ser una persona decente, y usted no lo es".
La eventual imposibilidad de formar una mayoría gubernamental, teniendo en cuenta también las relaciones a veces poco amistosas entre los socialistas y los dos partidos emergentes, podría desembocar en una vuelta a las urnas.
La lógica de Rajoy haría entrar a Marine Le Pen al Elíseo
Mariano Rajoy promete, si se queda en el gobierno, privilegiar el empleo, las jubilaciones, la lucha contra el terrorismo y la unidad nacional. Cuando la derecha arrebató el poder a los socialistas a finales de 2011, "el país estaba al borde del rescate (...) Nosotros eramos el enfermo de Europa", dice, subrayando la vuelta al crecimiento, con más del 3 % en 2015.
Pretende también haber creado un millón de empleos los dos últimos años y promete dos millones más de aquí a 2020. El Instituto Nacional de Estadística cifra sin embargo en 422.800 la reducción del número de parados entre diciembre de 2011, a principios de esta legislatura, y septiembre de 2015, debiéndose ademas la mitad de esta reducción a una nueva emigración económica o al abandono de la búsqueda vana de un trabajo.
Y entre los 4.850.000 parados actuales (el 21,18 % de una población activa en disminución, frente al 22,85 % en diciembre de 2011), más del 40 % no perciben ninguna indemnización, en lugar del 30 % hace cuatro años.
La recuperación macroeconómica de España celebrada por Mariano Rajoy y la Unión Europea no es así mas que un espejismo para numerosos españoles, desempleados o asalariados con un sueldo recortado. Más del 29% de los españoles estaban en riesgo de pobreza o exclusión social el año pasado, frente al 27% en 2013.
Según Podemos, la crisis económica global ha sido el pretexto para imponer una dosis masiva de austeridad neoliberal con la que la derecha nacional y europea soñaba desde hace mucho tiempo.
A notar, que en nombre de "la democracia", Mariano Rajoy reivindica la formación del próximo gobierno por el partido que obtenga el mayor número de votos (el suyo, con un porcentaje de apenas un 27 % según los sondeos). Una "coalición de perdedores", insiste, no sería democrática.
Con este argumento que desacredita toda segunda vuelta, parlamentaria en España para elegir al presidente del gobierno, el Frente Nacional de Marine Le Pen gobernaría hoy seis de las trece regiones de Francia y entraría probablemente, siempre según los sondeos, al Elíseo en 2017.