ROMA / MÉXICO, 9 de febrero 2016 (LatinReporters.com) – Última de las seis ciudades que visitará el papa Francisco del 12 al 17 de febrero en México, Ciudad Juárez simboliza la mayor parte de las heridas de este país de 120 millones de habitantes, de ellos un 52 % pobres. Disguste o no a Donald Trump, el Papa denunciará allí las barreras a la inmigración cerca del “muro de la ignominia” que marca la frontera con Estados Unidos.
El pasado septiembre, a bordo del avión que le llevaba de Santiago de Cuba a Washington, Francisco indicaba que le hubiera gustado entrar en Estados Unidos atravesando la frontera mexicana, como millares de inmigrantes latinoamericanos que huyen de la miseria.
Abogado de “la construcción de puentes, no de muros”, el soberano pontífice argentino celebrará una misa ante más de 200.000 fieles no lejos de la valla metálica que separa Ciudad Juárez de la ciudad estadounidense de El Paso.
Antes, al pie mismo de la valla, habrá saludado simbólicamente a los que viven en el lado americano, como para expresar su consideración hacia los emigrantes.
Calificada por muchos de “muro de la ignominia”, esta barrera anti-inmigración levantada por Washington cierra varios tramos de los tres mil kilómetros de frontera común entre los dos países.
Bofetada virtual a Donald Trump
El multimillonario americano Donald Trump, actualmente en cabeza entre los candidatos republicanos a la elección presidencial de noviembre, reclama “un muro fronterizo permanente” contra “la exportación del crimen y de la pobreza”, que golpearía a Estados Unidos vía la inmigración ilegal procedente de México.
Pretende además que México financie ese muro, bajo pena, entre otras medidas, de “embargar todas las remesas procedentes de salarios ilegales” y de “subir las tasas” pagadas por los mexicanos para la obtención de visados y el paso de la frontera.
A pesar de la misericordia pontifical, el saludo transfronterizo y la misa en Ciudad Juárez, con homilía dedicada probablemente a los emigrantes, abofeteará pues virtualmente a Donald Trump.
Y más cuando, del lado americano, la diócesis de El Paso invita a los fieles al estadio Sun Bowl de la Universidad de Texas para participar en la transmisión en directo de la visita del papa Francisco. Un acontecimiento que el obispo de El Paso, Mark J. Seitz, ha bautizado como “Two nations, one faith” (Dos naciones, una fe).
Por encima de “el muro de la ignominia”, el mensaje papal se dirigirá así, al menos implícitamente, a dos países y dos gobiernos, empujando a Washington a humanizar su política migratoria y México a crear las condiciones sociales que frenarían el éxodo. Los once millones de inmigrantes sin papeles en Estados Unidos son en su mayoría de origen mexicano.
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Cerca de de Ciudad Juárez, el “muro de la ignominia” que marca la frontera entre México y Estados Unidos. (Foto Cuartoscuro) |
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Marginados de la globalización
Símbolo del drama de la emigración, Ciudad Juárez lo es también de la violencia, del narcotráfico, de los feminicidios y de la explotación derivada de la globalización económica.
Para el control de las rutas de la droga, esta ciudad de 1,3 millones de habitantes fue el escenario de una guerra entre el cártel de Juárez y el de Sinaloa de Joaquín “El Chapo” Guzmán. En 2010, se registraron más de 3.000 asesinatos, cifra que cayó a 300 el pasado año, según las autoridades. Expertos afirman que la razón principal de esta mejora es la victoria del cártel de Sinaloa sobre su rival.
En menos de diez años, desde finales de 2006, el crimen organizado en México ha causado 150.000 muertos y 26.000 desaparecidos.
Los mensajes optimistas de los carteles para la visita del Papa cohabitan en Ciudad Juárez con imágenes de mujeres jóvenes desaparecidas clavadas en los muros de la ciudad. Además de las desapariciones, 400 feminicidios han sido registrados en esta ciudad desde 1993.
En el conjunto del país, 24.000 mujeres han perdido la vida de manera violenta desde el año 2000. La impunidad domina este balance.
En cuanto a la globalización y sus marginados, Ciudad Juárez los ilustra también. La proximidad con Estados Unidos había atraído a numerosas empresas extranjeras que han implantado en la ciudad fábricas de ensamblaje (las maquiladoras), donde miles de mexicanos acudieron a trabajar por bajos salarios.
Pero la competencia con China ha provocado el cierre de varias fábricas y los empleados que quedan intentan obtener mejores condiciones para un trabajo pagado a menudo a menos de 40 dólares la semana.
El papa Francisco escuchará en Ciudad Juárez a las víctimas de lo que él mismo llamó un día “el liberalismo salvaje de un mundo globalizado”. Y denunciará quizá de nuevo el fetichismo del dinero y la dictadura de la economía sin rostro, sin objetivo verdaderamente humano.
Comunidades indígenas de Chiapas
Antes de Ciudad Juárez, la ciudad de San Cristóbal de las Casas, en el Estado de Chiapas (sur), será el 15 de febrero la otra etapa muy simbólica entre las seis que jalonarán el periplo mexicano de Francisco.
En esta región donde los zapatistas se sublevaron en 1994 y donde la proporción de católicos es inferior al 60%, frente a mas del 80% en el conjunto del país, el Papa se reunirá con representantes de comunidades indígenas. El decreto autorizando las lenguas locales en todas las liturgias será publicado entonces.
En el plano de la espiritualidad, es al conjunto de América Latina que Francisco homenajeará recogiéndose, el 13 de febrero en la Ciudad de México, en la basílica de la Virgen de Guadalupe, patrona de México y “Reina de las Américas”, muy venerada por los latinoamericanos.
El mayor movimiento de masas se espera el 14 de febrero en Ecatepec, principal ciudad del Estado federado de México. Más de 500.000 fieles podrían asistir a la misa que celebrará el papa Francisco en esta municipalidad duramente golpeada por la marginalización.