En esta megalópolis de 14 millones de habitantes, acunada por la leyenda y sacudida por la modernidad, la suerte nos ha llevado hacia el hotel Golden City, justo en la puerta tanto del pasado como del presente.
Espectáculo Mágico
El pasado salta a la vista, tanto desde su habitación como durante el desayuno o cualquier comida en el restaurante del hotel, en el último de sus diez pisos. Pues el Golden City domina el legendario Cuerno de Oro. Este amplio estuario de ríos que desembocan en el Bósforo fue durante siglos el puerto natural de Estambul. En forma de cuerno visto desde el cielo, debe su nombre al oro y a las riquezas que por allí circulaban o a los reflejos del sol que se posan sobre el oleaje, o a las dos cosas a la vez.
Visto desde el Golden City, el Cuerno de Oro y más allá el viejo Estambul y sus mezquitas ofrecen durante la noche un espectáculo maravilloso. Una magia de sombras y luces que vale tal vez por sí sola el viaje.
Durante la jornada, se entra en este paisaje nada más salir del hotel. El famoso puente Gálata, que atraviesa el Cuerno de Oro, está a apenas 400 metros. Al cruzarlo se llega inmediatamente al Bazar de las Especias. A partir de ahí, Santa Sofía, antigua basílica de Constantinopla convertida en mezquita y posteriormente en museo, la Mezquita Azul y sus seis minaretes, el palacio de Topkapi, antigua residencia del sultán otomano, y el extenso bazar de Estambul, se encuentra cada uno de ellos a más o menos media hora andando. Un tranvía los une, pero privarse de deambular por las calles coloridas y repletas de estos barrios donde nació Bizancio sería un crimen de lesa turista.
De Europa a Asia
En los muelles junto al puente de Gálata, uno se embarca en los "vapores" que enlazan incesantemente las dos orillas del Bósforo. Por apenas 4 libras turcas (1,5 euros) se navega veinte minutos pasando de Europa a Asia. Para que esa travesía suscite como antiguamente la emoción, hay que olvidarse de los dos puentes de carretera y del túnel de metro que realizan en la actualidad el mismo salto intercontinental.
Desembarcar por ejemplo en Üsküdar o en Kadiköy, dos sectores del Estambul anatoliano, sorprende poco en la medida que la orilla asiática de la megalópolis contribuye activamente a su extensión con la construcción de nuevos barrios. Pero ambas excursiones permiten deambular por las callejuelas que hacen de bazar. Kadiköy conserva además su monumental estación de Haydarpasa, construida por los alemanes al final del siglo XIX. Esta antigua estación principal de la red ferroviaria anatoliana, inmortalizada en 1934 por Agatha Christie en "Asesinato en el Orient-Express", está a la espera de ser convertida en un hotel de lujo.
Si en las cercanías del hotel Golden City el puente Gálata es el punto de partida del descubrimiento tanto del centro histórico como de las extensiones asiáticas de la ciudad, otro puente incluso más próximo permite tomar el metro que atraviesa el Estambul europeo.
Vitrina occidental
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Estambul - Bazar de las Especias (Foto Christian Galloy / LatinReporters.com) |
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Solamente tres estaciones separan el Golden City de la plaza Taksim, lugar simbólico de las reivindicaciones de la izquierda turca, pero también centro del barrio de los negocios, de las embajadas y de los comercios a la occidental. La tala de árboles del parque Gézi que prolonga la plaza, donde los poderes públicos pretendían y pretenden aún construir un centro comercial, desembocó en la primavera de 2013 en la mayor protesta contra Recep Tayyip Erdogan, entonces primer ministro y en la actualidad presidente de la República turca.
Desde la plaza Taksim se puede descender de nuevo hacia el Cuerno de Oro enfilando la larga Istiklal Caddesi (avenida de la Independencia). Esta arteria comercial peatonal y bulliciosa incluso el domingo es la mayor vitrina comercial occidental de Estambul y tal vez de Turquía. Cadenas como Pizza Hut, Mc Donald, Burger King se codean allí con el prêt-a-porter H&M, los cafés Starbucks y numerosas perfumerías con productos de Dior, Lanvin, etc. "Los árboles que rodeaban la avenida desaparecieron un buen día. Sus hojas, dijeron, impedían a los turistas distinguir los rótulos de las tiendas", señalaba recientemente la corresponsal de Le Monde, Marie Jégo.
Nostalgia
Entre Istiklal y el Golden City, la Torre de Gálata, construida en el siglo XIV por los genoveses, lleva de nuevo al turista al pasado. Su terraza de observación, a 51 metros de altura, ofrece una magnífica vista de Estambul, el Cuerno de Oro y el Bósforo.
Finalmente, último regreso al hotel. Han transcurrido cuatro días bien repletos. Cierre de maletas y cálido agradecimiento al simpático y servicial Ali Celik, director de recepción del Golden City. Y tanto en París como en Madrid, ya nostálgicos de Estambul.
