El socialista Moreno y el conservador Lasso se enfrentarían en segunda vuelta
Ecuador-presidenciales: “revolución ciudadana” en balotaje
Quito, 20 de febrero 2017 (LatinReporters.com) – Gran escalofrío de los partidarios de la “revolución ciudadana” socialista instaurada hace diez años en Ecuador por el presidente saliente Rafael Correa y aparentemente puesta en balotaje, el domingo 19 de febrero, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales.
El recuento del 89,33 por ciento de los boletines de voto reflejaba el lunes por la tarde un veredicto juzgado irreversible por la oposición y observadores neutrales, pero no pronunciado oficialmente: con 39,13 por ciento de los sufragios, Lenín Moreno, candidato de 63 años apoyado por Rafael Correa, estaría obligado a disputar el 2 de abril una segunda vuelta frente al ex-banquero conservador de 61 años Guillermo Lasso (28,31%). Para ser elegido en el primer turno, un candidato a la presidencia de Ecuador debe conseguir la mayoría absoluta de los sufragios válidos o alcanzar el umbral del 40% de los votos, con un avance de al menos diez puntos sobre el adversario más próximo. Condiciones que no cumplen hasta el presente ni Moreno ni Lasso. En 2009 y 2013, a la cabeza del movimiento Alianza País, Correa había sido elegido en la primera vuelta con una amplia mayoría absoluta. Sólo en 2006, en su primera elección, su victoria pasó por un balotaje. Los resultados todavía parciales de las legislativas celebradas también el 19 de febrero paralelamente a las presidenciales no permiten saber si Alianza País conserva su mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, aunque el partido figura ampliamente en cabeza. Como la Constitución le impidía optar de nuevo al cargo supremo (la reelección sin límite del número de mandatos no entrará en vigor hasta el 24 de mayo) Rafael Correa había pasado el testigo a su ex-vicepresidente Lenín Moreno. Este último, parapléjico tras un asalto a mano armada en 1998, se desplaza en silla de ruedas. Frente unido de la oposición en caso de segunda vuelta Vencedor del primer asalto, Moreno debe temer una segunda vuelta. Pues su adversario en el posible duelo del 2 de abril, el ex-banquero Lasso, ha invitado a los otros seis candidatos presidenciales de la oposición, defenestrados en el primer turno, a construir con él “la mesa de la gobernabilidad de Ecuador”, para conseguir la victoria y “acelerar el cambio en la estabilidad”. Estimando que el país “ha decidido cambiar por las urnas un gobierno totalitario”, la socialcristiana Cynthia Viteri, tercera en el escrutinio del domingo con el 16,30% de los votos, ha ofrecido enseguida su apoyo a Lasso. Otros cuatro candidatos del primer turno, cuyos porcentajes varían del 0,76 % al 4,77 %, parecen dispuestos a hacer lo mismo. Sólo el socialdemócrata Paco Moncayo (6,77 %) rechaza apoyar tanto a Moreno como a Lasso. Así, teóricamente, un frente de oposición dirigido por Guillermo Lasso podría aglutinar el 2 de abril hasta el 54% de los votos y encerrar en un armario la “revolución ciudadana”. En su visión neoliberal de la economía, Lasso y su partido Creando Oportunidades (Creo) predican en particular un acercamiento a Estados Unidos y la supresión inmediata de 14 impuestos. Han prometido también expulsar a Julian Assange de la embajada ecuatoriana en Londres, donde el fundador de WikiLeaks está refugiado desde hace cuatro años y medio. El gran elector es la economía Pero no sería perturbado un trasvase matemático de los votos esperado por Lasso por la evaluación de las consecuencias posibles del resultado de un segundo turno? Una parte de los 12,8 millones de electores ecuatorianos revisarían de aquí al 2 de abril su balance personal de la “revolución ciudadana”? Y, tal vez en sentido contrario, el reciente giro a la derecha de Argentina, de Perú y de Brasil, así como la crisis aguda en Venezuela del socialismo bolivariano que inspiró a Rafael Correa pesarían sobre un duelo entre Moreno y Lasso? El gran elector es la economía, estima en substancia el analista Alberto Acosta-Burneo, citado por AFP. Recuerda que en sus reelecciones en el primer turno en 2009 y 2013, “Correa ha obtenido más del 50 % gracias al maná” petrolero de la época. El desarrollo substancial de las infraestructuras energéticas, de transporte y sociales, así como la reducción de la tasa de pobreza del 36,7% al 22,5% fueron entonces posibles. Ecuador ha visto desde entonces su economía dolarizada afectada por la caída del bruto, el alza del billete verde, la ralentización económica mundial, en particular de China, así como el seísmo de abril de 2016, que obliga a un esfuerzo de reconstrucción evaluado en 3.300 millones de dólares. La crisis descontenta a las clases medias, cansadas por otra parte de la confrontación de Rafael Correa con sectores empresariales, medios de comunicación, ecologistas y una parte de los indígenas de la Amazonía ecuatoriana. Recientes revelaciones de casos de corrupción han ensombrecido también el panorama. Sin embargo, es extraño que el presidente Correa parece no haber sido escuchado cuando el pasado 28 de enero en Barcelona (España) invitaba a sus compatriotas a “no olvidar” que fue la corrupción de los banqueros apoyados por un gobierno socialcristiano de derechas que forzó la emigración de tres millones de ecuatorianos tras la crisis financiera de 1999. En la época, Guillermo Lasso fue ministro de economía. “Que los sepultureros del país no se presenten ahora como los resucitadores”, añadía Correa, apuntando implícitamente a Guillermo Lasso y Cynthia Viteri. |