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Chávez y el populismo reeleccionista en América Latina

Por Julio BURDMAN (*)

BUENOS AIRES, martes 17 de febrero de 2009 (LatinReporters.com) - El sistema presidencialista de gobierno está, nuevamente, cuestionado en América Latina. En los ochenta, se decía que los presidentes eran débiles, presas fáciles de los golpes de Estados, y que por ello se debía adoptar sistemas parlamentarios para fortalecer la gobernabilidad. En nuestros días, en cambio, se acusa a los presidentes de ser demasiado fuertes, e imperialistas del poder. El 15 de febrero, Hugo Chávez atravesó en Venezuela la frontera más polémica del imperialismo presidencial: la reelección indefinida.

La reelección es una oleada –"fiebre", dice Daniel Zovatto- que afecta a la región desde los años noventa. Más concretamente, se inicia en Perú en 1993, cuando Fujimori logró reformar la Constitución para obtener su primera reelección poco tiempo después, y con solo algunos meses de diferencia, le seguirían Argentina y Brasil en la misma cruzada. Otros países trataron de imitarlos, pero la vieja tradición antireeleccionista de las repúblicas latinoamericanas –hasta entonces, la reelección consecutiva estaba prohibida en todas las democracias de la región- se impuso en esos casos. El argumento principal de los tres presidentes que lograron revalidar sus mandatos, Fujimori, Menem y Cardoso, era que habían iniciado una serie de reformas económicas y necesitaban seguir al frente de sus países para completarlas.

En la primera década del siglo XXI, otros cinco países lograron  incorporar la reelección consecutiva a sus constituciones: República Dominicana, Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia. En todos los casos, aún con gobiernos de diferente orientación, el argumento principal de las reformas fue el mismo: los líderes actuales eran imprescindibles para continuar con las irredentas tareas que habían iniciado. En Venezuela, Bolivia y Ecuador, solo los actuales presidentes podrían continuar con el actual programa "revolucionario" y evitar que las "oligarquías" recuperen el poder; en Colombia, solo Uribe podría seguir conduciendo la guerra contra los grupos insurgentes.

En todos los casos, tanto en los populismos conservadores (Menem, Fujimori, Uribe) como en los populismos de izquierda (Chávez, Morales, Correa), las reformas constitucionales tuvieron como efecto inmediato la prolongación del presidente a cargo, y ello produjo una fractura en las relaciones entre fuerzas políticas y sociales. Las elecciones, desde entonces, se convirtieron en una batalla entre el oficialismo que reclamaba la necesidad histórica de mantenerse en el poder para profundizar el programa, y la oposición que sostenía la necesidad absoluta de evitar que el presidente continúe en el cargo.

La cuestión de quién detenta el poder, y para qué, se convierte en el núcleo de la política, tanto en Venezuela como en los otros países re-reeleccionistas. Algunos observadores afirman que la verdadera cuestión de fondo en las re-reelecciones está en las políticas económicas, y no en los políticos que la protagonizan. Tal vez, a veces sea así. Pero no casualmente, lo que tienen en común todos estos casos es el quién, y no el qué o el cómo.

 ¿Por qué los procesos de cambio en América Latina terminan confluyendo en un líder, y ese líder termina convirtiéndose en "imprescindible"? Hay algo que es innegable: para introducir cambios, los líderes populistas, en América Latina son más "eficaces" que las legislaturas, si por eficacia entendemos rapidez. La reforma laboral de Perón, la desregulación de Menem, las nacionalizaciones de Morales y Chávez, o las privatizaciones de Fujimori, no hubieran sido posibles sin el impulso de líderes que, en tiempo récord, aprovecharon sus momentos de amplio apoyo popular y empujaron el sistema hacia esos objetivos. Fueron los líderes, y no la deliberación de los legisladores, quienes hicieron la historia. Muy pocos cambios, si acaso hubo alguno, tuvieron lugar en América Latina sin la decisión de los personalismos. Es por eso que populismo, presidencialismo y reeleccionismo van de la mano en la región.




(*) Julio BURDMAN - Licenciado (UBA) y candidato doctoral (Instituto de Estudios Políticos de Paris, Centro de Estudios Internacionales) en Ciencia Política. Tiene 15 años de experiencia en análisis y elaboración de escenarios políticos de Argentina y otros países latinoamericanos. Fue Director de Investigaciones del Centro de Estudios Nueva Mayoría, redactor principal del proyecto Global Trends - LatAm 2020 (NIC), y analista de riesgo político del Estudio Broda y Asociados.  Es Director de la Carrera de Relaciones Internacionales de la Universidad de Belgrano.  Es profesor e investigador de las misma universidad, y docente invitado de otras casas de estudios, en temas de gobierno y relaciones internacionales.  Fue asesor de la Comisión de Asuntos Constitucionales de la H. Cámara de Diputados y consultor de la Dirección de Cooperación Internacional de la Cancillería Argentina (programa PNUD).  Es Co - Director del Observatorio Electoral Latinoamericano. Es colaborador del diario (Chile) y columnista ocasional en los principales medios de Argentina y otros países de la región.  Es Secretario del Instituto de Sociología Política de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.



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